– Cuéntanos, ¿En qué consiste tu proyecto? y ¿Cómo surgió la idea de crear tu empresa?
Nuestro proyecto surgió de una crisis profesional y existencial: ese momento en el que descubres que la carrera profesional que has elegido, en la que llevas más de 10 años invertidos entre estudio y trabajo, no es a lo que realmente quieres dedicarte. Ni te satisface ni te compensa a nivel personal.
Es un momento duro (por el que sabemos que están pasando muchas personas), porque tienes la sensación de haber desperdiciado los mejores años de tu vida y que ahora toca empezar de cero. Pero como canta Manolo García, “nunca el tiempo es perdido”. Hay que tomar todos los aprendizajes de los últimos años, que no son pocos, y adaptarlos a tu nueva realidad con optimismo y energía ya que, más que los conocimientos, lo importante es el crecimiento personal y la capacidad de adaptación y eso siempre es útil.
Una vez decidido bajarse del tren, toca la no menos difícil decisión de qué hacer: subirte a otro tren o empezar a recorrer tu propio camino, a tu ritmo. Este camino suele ser menos cómodo y seguro, y a menudo se recorre en soledad, pero sin duda es el mejor para llegar a donde te propongas.
¿Y hacia donde nos propusimos ir? Parece la decisión más importante, pero en muchas ocasiones la deriva de la vida la toma por ti.
Tamara lleva toda la vida organizando eventos de forma desinteresada para sus círculos cercanos, y ha heredado de su abuelo y de su madre la habilidad y el arte de modelar y transformar todo tipo de materiales con un gusto exquisito, además de la capacidad negociadora y de trato con el cliente de su padre. Cuando una de sus mejores amigas se casó en 2016 en una finca modesta, se propuso hacerla lucir como si de la mejor finca de bodas se tratara. Y vaya si lo hizo. Ese éxito, el placer con el que lo desarrolló y el momento vital en que se encontraba, nos llevó a plantear el modelo de negocio de La Gata Azul: producción y alquiler de mobiliario y decoraciones únicas para eventos, particulares y empresas. Con este planteamiento hemos gestionado 20 eventos y 2 decoraciones de locales comerciales en 2017 y planeamos doblar esas cifras en 2018.
– ¿Cómo enfocáis el desarrollo del liderazgo? ¿Qué metodologías seguís y cómo las aplicáis?
Desde el comienzo del proyecto separamos las labores. Tamara es el alma matter: jefa de taller, elaboradora de proyectos y gestora de relaciones con clientes y proveedores. Fernando lleva la parte de soporte en cuanto a herramientas informáticas, pagina Web, trámites generales, gestoría y administración, pero también la parte que más le gusta, con funciones de Marketing, plan de negocio y control financiero.
Cada uno gestiona su parte, pero siempre ha quedado claro que el core del negocio está en la relación con el cliente y en la calidad del producto/servicio entregado, que es la labor de Tamara, aunque ella aprecia los consejos de administración y negocio de Fernando.
Además, desde 2017 incorporamos a Elena, también acostumbrada a organizar eventos en asociaciones populares y con experiencia en Comunicación, Marketing, Publicidad y Relaciones Públicas. Con ella, empezamos a tener el rol de empleador, lo cual sirvió para reforzar el liderazgo de Tamara, sus tareas de formación, desarrollo de capacidades y delegación progresiva en Elena.
– ¿Cómo puede favorecer al empresario apostar por trabajar con un coach?
Al ser un pequeño negocio no podemos aspirar a un coach profesional permanente. No obstante, aprendemos de todos los contactos profesionales que vamos encontrando, tanto proveedores, como negocios, clientes o profesionales con los que compartimos trabajo y con los que intentamos mantener un contacto productivo.
Gracias a AJE hemos podido tener sesiones de coaching temático en diversas facetas como Marketing, Marketing Digital, Planes de Negocio, planes financieros y demás, las cuales nos han sido de gran ayuda a la hora de emprender este camino.
– ¿Cuáles han sido las mayores dificultades que has encontrado en el camino? ¿Cómo te ha ayudado AJE Madrid en el proceso emprendedor?
La primera de todas fue la de tomar la decisión de qué hacer. Nunca hemos llevado un negocio y desconocíamos cómo llevarlo a cabo y qué pasos había que seguir. Ahí entró AJE, con un trato cercano y su constante colaboración ayudándonos a resolver dudas y, sobre todo, animándonos a arrancar con el proyecto y no perder la ilusión.
La segunda imaginamos que es compartida con todo emprendedor: la incertidumbre. El camino recorrido aún es corto y muchas veces no se ve la luz al final del túnel. En esos momentos, AJE siempre está ahí para animarnos, asesorarnos e incluso darnos una palmadita de ánimo cuando flojeamos. No sólo es un apoyo a nivel profesional, sino en muchas ocasiones también un empujón hacia delante a nivel personal.
– ¿Qué es lo más gratificante de tu faceta como emprendedor?, ¿de qué te sientes más orgulloso? ¿Y el mayor aprendizaje? ¿Qué consejo le darías a alguien que está pensando en montar su propio negocio?
Sin duda lo más gratificante como emprendedores es la sensación del trabajo bien hecho. Las palabras del cliente cada vez que entregamos un proyecto, la gratitud del mismo e incluso en ocasiones las lágrimas de felicidad de unos novios al ver que hemos hecho realidad el día más importante de sus vidas… Eso lo puede todo. Todos los miedos, incertidumbres, inseguridades e inconvenientes que emprender conlleva.
Nos sentimos muy orgullosos de haber encontrado el camino a seguir. De haber superado esa crisis existencial y profesional que nos ha traído hasta aquí. Y, por qué no decirlo, de haber sido capaces de separar trabajo y vida personal, puesto que somos un matrimonio y a veces no es fácil de llevar.
Desde La Gata Azul aconsejamos a todo aquel que quiera emprender que lo haga con algo que le guste, que le llene de verdad. Porque si tienes ilusión y ganas de trabajar duro, todo lo demás va saliendo. Y muy importante: que se deje asesorar por quienes saben, como AJE, que cubre todos los palos necesarios para ayudarte a arrancar un proyecto, una idea, un negocio. Como emprendedores, la premisa está clara: nunca dejes de aprender cómo emprender nuevos caminos.
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